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sábado, 12 de noviembre de 2011

  Llegó el día en el que me di cuenta de que la vida está para reírte de ella, y no con ella. Que si te caes, solo tienes que levantarte porque tienes motivos para ello. Que no te importe el pasado, pero que siempre lo tengas en cuenta. Que la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, salir un sábado y estar sin pasta un domingo. Gritarle a las personas que te importan que las quieres y saber pedir perdón a tiempo. Tener las cosas claras y decidirte en el último momento. Jugar con fuego y quemarte. Hacer estupideces sin parar pero que no te importe lo que piensen los demás. Reír de lo triste que es la vida alguna veces y de lo perfecta que parece en contadas ocasiones. Querer a quien te quiera y pasar de los que te odien.
Porque sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional, y yo decidí ser feliz por una vez.

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