Aprendí a ser princesa desde pequeña. Sin saber valorar los grandes momentos que la riqueza no me sabia regalar.Siempre he creído en esas historias de brujas malvabas y su manzana envenenada. También en los príncipes de rescate que con su compañía seré feliz para siempre.Hoy despierto en un mundo paralelo y caminando por la calle me encontré con el y le pregunte:
-¿Eres el príncipe que me salvará de este raro mundo?
Y el, callado, se fue sin rescatarme.Ahí me di cuenta que el mundo en el que vivía, era fruto de mi imaginación
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